Autora: Sophie Müller – Profesora alemana de secundaria que perfeccionó su español en Spanish Lessons in Estepona de ELE USAL Estepona.
Vivir en España es, sin duda, una de las mejores maneras de aprender español. Estás rodeado del idioma: lo escuchas en la calle, lo lees en los carteles, lo necesitas para pedir un café o hacer amigos. Pero, como descubrí yo mismo cuando llegué, simplemente «estar» en el país no garantiza que aprendas rápido. Hay que poner de tu parte. Si acabas de mudarte o estás pensando en hacerlo, te comparto algunos consejos prácticos —y reales— que me ayudaron a avanzar más rápido de lo que imaginaba.
1. No te refugies en tu zona de confort (ni en tu idioma)
Lo más fácil, sobre todo al principio, es juntarse con gente que habla tu lengua. Y ojo, no está mal tener amigos que te entiendan al 100%, especialmente cuando todo es nuevo. Pero si realmente quieres progresar en español, necesitas salir de esa burbuja. Haz el esfuerzo de conocer españoles o personas que hablen únicamente español. Al principio es agotador, incluso frustrante. Pero créeme, es en esos momentos cuando más se aprende.
2. Apúntate a clases, pero no dependas solo de ellas
Las clases son una excelente base. Te enseñan gramática, vocabulario, estructuras. Pero si solo estudias en clase y no aplicas nada fuera, avanzarás muy lento. Usa lo que aprendes. Si ese día en clase viste el pasado, cuenta una anécdota a tu compañero de piso. ¿Viste los comparativos? Comenta por qué te gusta más la tortilla que la paella. El idioma necesita moverse para quedarse contigo.
3. Haz intercambios lingüísticos (tándems)
Esta es una joya poco aprovechada. Hay muchos españoles que quieren mejorar su inglés, francés o alemán, y tú quieres mejorar tu español. Perfecto. Quedas con alguien una hora: 30 minutos en su idioma, 30 en el tuyo. Es gratis, social y muy útil. Puedes encontrarlos en apps, grupos de Facebook, o bares que organizan estos encuentros semanalmente.
4. Habla aunque cometas errores (¡y ríete de ellos!)
Este fue mi mayor reto. Me daba miedo sonar ridículo. Pero un día, tras decir sin querer “estoy embarazado” en lugar de “estoy avergonzado”, todos nos echamos a reír, y yo también. A partir de ahí, decidí dejar la vergüenza a un lado. Si esperas a hablar perfectamente, nunca lo harás. Equivocarse es parte del proceso. Y muchas veces, los errores se convierten en historias divertidas que nunca olvidas (ni repites).
5. Escucha español todo el tiempo (aunque no entiendas todo)
La exposición constante al idioma ayuda más de lo que crees. Pon la radio mientras cocinas. Escucha podcasts mientras caminas. Mira series en español con subtítulos (primero en tu idioma, luego en español). Incluso si no entiendes todo, tu oído se va acostumbrando, vas reconociendo ritmos, expresiones, pronunciaciones. Poco a poco, todo empieza a tener sentido.
6. Aprende frases completas, no solo palabras sueltas
Memorizar listas de vocabulario no sirve de mucho si no sabes cómo usarlas. Aprende expresiones enteras que puedas aplicar tal cual. Por ejemplo, en vez de memorizar solo “comida”, aprende “me apetece comida italiana” o “vamos a cenar fuera esta noche”. Así entrenas tu cerebro para pensar en bloques y no traducir palabra por palabra (que es lo que más te frena al hablar).
7. Haz de tu día a día una clase de español
Cada situación es una oportunidad para aprender. En el supermercado, lee los carteles. En la cafetería, fíjate en lo que pide la gente. En la calle, escucha cómo se saludan los vecinos. Usa el idioma todo lo que puedas: pregunta direcciones, saluda al panadero, conversa con tu casero. Aprender español en España es mucho más que sentarse a estudiar. Es vivir el idioma.
8. Piensa en español (aunque te cueste)
Uno de los mayores saltos que noté fue cuando empecé a pensar en español. Al principio era forzado: me decía a mí mismo “estoy caminando al mercado” o “tengo que comprar leche”. Pero ese esfuerzo por narrar tu vida interna en español te entrena a dejar de traducir mentalmente. Y eso, créeme, acelera muchísimo tu fluidez.
9. No te frustres: todos pasamos por altibajos
Habrá días en los que sientas que no entiendes nada, o que has retrocedido. Es normal. Aprender un idioma es un proceso no lineal. Un día todo fluye, al siguiente no te sale ni un “gracias”. La clave está en seguir, incluso cuando parece que no avanzas. Si sigues expuesto al idioma y te mantienes activo, el progreso llega —a veces cuando menos lo esperas.
10. Disfruta el viaje
Sí, aprender español puede ser duro a veces. Pero también es una aventura cultural, social y personal. Es descubrir otras formas de pensar, de sentir, de comunicar. Es aprender a reír con chistes locales, a participar en tertulias, a pedir con seguridad una caña y unas bravas. Así que, más allá de los verbos irregulares o las preposiciones locas, recuerda disfrutar el proceso. Porque el idioma es, ante todo, una puerta a nuevas experiencias.
Espero que estos consejos te sirvan tanto como me sirvieron a mí. España es un lugar increíble para aprender español si sabes cómo aprovecharlo. Y cuando te des cuenta de que ya no necesitas traducir en tu cabeza para hablar… sentirás que has ganado mucho más que un idioma.